Y ya que estás aquí... ¿A dónde quires ir?

¿A Malasia o a Uganda?

¿O a lo mejor quieres saber por qué estamos en Uganda?




domingo, 31 de agosto de 2008

Javi y los fuegos artificiales


A ver como os cuento todo esto.

Durante el mes de agosto se ha celebrado la Competición Internacional de Fuegos Artificiales de Malasia en la que han participado Canadá, China, Malasia y España. Así que la semana pasada, que era cuando presentaba su espectáculo el equipo español, pensé que podía ir a verlo y de paso sacar alguna foto para mi reportaje de Malasia.

El domingo pasado, cuando estaba comiendo antes de irme a Putrajaya (una ciudad nueva que han hecho al lado de Kuala Lumpur, donde están los ministerios más importantes, y donde se celebraba el concurso), pensé… ¿y si le hago una entrevista a alguien del equipo español y se la intento vender a alguien en España? Pues nada, mientras iba en el tren Zuzana me hizo el favor de buscar información sobre el equipo español y yo me fui preparando unas preguntas en mi cuaderno.

Cuando llegué allí, imagináoslo: no, aquí no es, pregunta allí (paseo hasta el quinto pino para allí)… no, es que aquí tampoco es, mejor pregunta allá (paseo hasta el sexto pino para allá)… y todo esto chispeando. Hasta que consigo llegar a un sito en el que contando de nuevo la historia, “I am spanish photographer and bla, bla, bla…”, me dicen que suba por unas escaleras mecánicas que tienen un guardia de seguridad abajo (y que me deja pasar, claro).

Al llegar arriba de esas escaleras (todavía había que subir otro tramo más), hay otro vigilante que me para y me dice que tiene que consultar. Todo esto sin acreditación, claro. Al final viene un señor que se llama Heng Ken Hau (este pasa de cambiarse el nombre por Antonio, Pedro o algo así) que es General Manager/Finance Director de una empresa que se llama Global y que debe ser la encargada de organizar todo el tinglado. Total, que le vuelvo a contar toda la historia y que quiero hacer una entrevista a Patrick Brault… sí, así se llamaba el jefe del equipo español. El señor me dice que ahora es imposible, que arriba está el Ministro de Turismo y el Embajador de España y que no puede ser, que no sabe si estarán luego y que el día de la prensa era ayer; yo le digo que ya lo sabía (mentira) pero que no estaba en Kuala Lumpur (mentira). Después de insistirle un poco me dice que vaya después del espectáculo a ver si es posible hacer algo.

Así que yo me voy con esa sensación de “a ver si me ha dicho que venga luego para que me pire…” mientras que me rasco la cabeza. Salgo fuera del llamémosle Palacio de Congresos (porque debe ser algo así) y me voy a coger sitio para hacer fotos de los fuegos artificiales.

Claro, ahí va a estar el sitio esperándome a mí. Aunque quedaban todavía dos horas para los fuegos (yo llevaba ya dos horas y media dando vueltas por ahí), los sitios estaban más que pillados por miles de frikis con sus trípodes, y los sitios centrados ni te cuento. Además sabía que las fotos desde un lateral… pues como que no iban a ser tan aceptables por un periódico.

Busco un sitio que estuviera más o menos centrados y en el que hubiera algunos malasios no muy altos (no es muy difícil) y les pregunto que si no les importa que me ponga detrás de ellos. Me dicen que no les importa, claro, y luego nos ponemos a hablar (muy majos también ellos, como todo el mundo por aquí). Por supuesto, dos horas más tarde me habían hecho un hueco entre sus trípodes y por fin tengo un sitio desde el que hacer fotos relativamente centrado.

Empieza el espectáculo y nos ponemos todos como locos a hacer fotos. Al rato empieza a llover, vaya .No es que lloviera muy fuerte, pero lo justo como para que tenga que guardar la cámara. Por lo menos me dio tiempo por lo menos a sacar algunas fotos como esta.


Bueno, termina el espectáculo, todo muy bonito, la gente muy contenta… mojada pero contenta… y yo me voy para dentro a probar suerte de nuevo. Llego a la misma altura que antes de las escaleras mecánicas y termino de nuevo con el señor Ken Hau. Pero esta vez me dice… “ahora sí que es posible, están arriba”. Javi se va para arriba y se espera a que la televisión malaya termine la entrevista con Patrick Brault.


A todo esto yo le voy dando mi tarjeta a todo el que se me pone por delante, por supuesto, no vaya a ser que necesiten un fotógrafo y no sepan a quien llamar.

Así que cuando Patrick termina con la televisión, me lo presentan, saco mi cuaderno y hale, a trabajar. Muy fácil, la verdad; cuando la gente coopera, sin ningún problema. El Patrick este no sólo se limitaba a responderme a las preguntas sino que también me contaba un montón de cosas, así que más que una simple entrevista de partido de tenis (yo te pregunto, tu me respondes) fue una charla informal que luego transcribí a una entrevista.

Terminamos, nos despedimos, se van… yo tomo un par de notas mientras me quitan el mantel y las fundas de tela de las sillas… y cuando salgo, pues eso, las 11 y media, allí casi no queda ni Dios. Patrick está esperando para subirse a su furgoneta (de la organización) y le pregunto que si van a Kuala Lumpur; me dice que no porque el hotel lo tienen por allí cerca. Así que me voy a una chica que hay de la organización y le pregunto que como puedo llegar a la estación de tren que está a tomar por culo (sabía que quedaban trenes). La chica me dice que no se puede pero que si me vale un taxi me ayudan, le digo que sí (faltaría más) y le dice al conductor de la furgoneta del equipo español que me lleve al hotel con ellos y que luego me pida un taxi.

Así que allí me veis, en la furgoneta con el equipo español a su hotel. Habamos un poco y bien, pero tampoco es que saliéramos siendo íntimos amigos. Un rato después me siento en el hotelito y saco mi cuaderno para seguir tomando notas, que todavía lo tengo fresco y me conozco.


Me llaman al taxi y me voy a casa (nada, 15 euros de nada una carrera como desde Villalba a Madrid). Una vez en casa me cojo el teléfono de Zuzana (que llamar a un fijo es muy barato) y pienso: nada de tonterías, vamos a lo grande, llamamos primero a El País. Llamo, les cuento la historia y bueno, un poco de desorganización. Primero que parecen interesados y que les vaya enviando unos ejemplos de fotos mientras transcribo la entrevista, me piden una foto en alta resolución y que les diga el pie de foto que quiero. Luego que si te llamo, que si no me llaman, vuelvo a llamar… al final que sí, que seguramente lo publicaremos el martes. Me voy a la cama con una sonrisa de oreja a oreja, en El País, en cultura, en edición nacional. Que bien ¿no?

El martes hablo con ellos otra vez y resulta que no lo van a publicar porque la persona que decide acaba de llegar de vacaciones y que si la abuela fuma… Yo, como sé que el miércoles algo que pasó el domingo ya no es noticia, lo doy por perdido. Reconozco que me quedo un poco con cara de tonto y un poco con sensación de frustración, pero bueno, que se le va a hacer.

De todas formas, como no me quedo satisfecho, pienso (otra vez, sí, vuelvo a pensar)… ¿y si el viernes, que es cuando el jurado elije al ganador, me voy para allá y si gana España saco unas fotos de la entrega de trofeos?, eso a lo mejor sí que lo publican.

Así que pasa la semana, que por cierto, ha venido Tomas el hermano de Zuzana, y me voy preparando para el viernes.


Llega por fin el viernes y nos vamos a ver los fuegos artificiales Zuzana, Tomas y yo. Cogemos el tren, luego el autobús y llegamos a donde te deja el autobús, que es al otro lado del puente que se ve en la foto de los fuegos artificiales. Bueno, pues resulta que el puente está cerrado porque hay instalados en él algunos fuegos artificiales (es decir, explosivos) y por medidas de seguridad no se puede pasar.

Javi cuenta otra vez la historia al policía pero esta vez más completa. Que si soy fotógrafo español, que vine la semana pasada y estuve haciendo una entrevista al líder del equipo español y que tengo que ir a la ceremonia de entrega de trofeos porque si gana España es noticia y hay que publicarlo en los periódicos…

Nada, que no puede ser, hablo con otro chico de la organización y entonces saco el tarjetero con la tarjeta de mi amigo Heng Ken Hau (junto con mis otras tarjetas de Tourism Malaysia, del Ministerio de Cultura, del Festival Internacional de Cine de Kuala Lumpur…) y le digo que estuve con él la semana pasada. Todo mucho más fácil. Aaaaaahhhh… yaaaa… de “Global”… yaaaa… yaaa… La cosa se arregla, ahí tienes a tres señores de seguridad con tres motos llevándonos a Zuzana, a Tomas y a mí al otro lado del puente.

Una vez allí (el mismo “allí” del domingo anterior) nos subimos al Palacio de Congresos y me voy directo a las escaleras mecánicas de la semana anterior y el chico de “Global” que hay allí me dice que la entrega de premios es en el escenario que hay un poco más para allá en la misma planta, que no hay que subir. Me voy al escenario y allí no hay nadie, así que como no me fío me voy a preguntar a alguien más.

Me encuentro a una chica, le pregunto, le cuento la historia y le enseño la tarjeta de mi grandísimo amigo Heng. Me dice que ella no es de la organización sino del Palacio de Congresos pero que me ayuda. Hace un par de llamadas y me dice que la entrega es en el primer piso. Me lleva a las escaleras mecánicas famosas y le dice al chico de “Global” que conozco a Mr. Ken Hau y que le enseñe la tarjeta que le he enseñado antes a ella. Inmediatamente el chico me pide perdón (creo que en realidad no tenía ni idea de donde era la ceremonia) y me dice que suba.

Llego arriba del segundo tramo de escaleras y hay otro control con unas mujeres que me preguntan de donde soy, les digo que soy “spanish photographer”, “from where?”, “Spain”, “Aaaaahhhh... spanish team?”, “yes”… para adentro. Lo hemos conseguido, ya hemos llegado.


Yo creo que porque no me había pillado el amigo Heng, que si no, no llego hasta aquí ni de coña.

Total, que hago un par de fotos, me doy una vuelta y veo a alguien que me parece haber visto la semana pasada a la salida del evento y con pinta de español, este señor.


Así que pienso que me tengo que hacer amiguete de algún fotógrafo porque no tengo ni idea de quien es nadie de los que hay allí. Estoy esperando y veo pasar a un fotógrafo malayo con una camiseta con un escudo del Valencia (???). Esta es la mía, me pongo a hablar con él y a los 5 minutos sale corriendo diciendo que viene el Ministro de Turismo. Situación graciosa de narices, allí me voy yo, con mi mochila North Face llena, con todos los fotógrafos y cámaras de televisión a hacerle fotos al Ministro de Turismo. Sólo hay un pequeño problema, de entre toda la masa de gente que viene no tengo ni idea de quien es el Ministro de Turismo, así que hago un montón de fotos al bulto con el gran angular bien abierto para que no se me escape nadie y listos.

Más tarde deduciría yo solito que el Ministro de Turismo es LA Ministra de Turismo. Vaya, este pequeño problema con la falta de géneros en inglés.

Así que esta señora se sienta en la mesa con el señor que parece español y que resulta que es el Embajador de España en Malasia. Anda, la Ministra de Turismo y el Embajador de España, sin duda Heng no me habría dejado llegar hasta aquí aunque nos une una gran amistad.


Cuando los fotógrafos hemos terminado de acribillar la mesa principal nos hacemos a un lado y empieza el acto de presentación de la entrega de premios. El chico fotógrafo me dice que tengo que estar rápido porque hay muchos medios y en cuanto se acabe la presentación se van todos para adelante, así que me pego a su chepa y en cuanto veo que se va para adelante me voy con él y nos arrodillamos delante de la mesa principal en todo el medio del escenario. Casi me daba la risa, miraba a todos los fotógrafos alrededor con sus acreditaciones y yo ahí tan a gusto con mi camiseta del Oceanario de Lisboa

Empiezan a presentar a la gente, a dar los premios por participar, el segundo premio… y por fin llega el momento: “and the first price, with xxx points out of a total of 400 points is… for the team of… Spain!!!”

Bien, bien, bien… “recoge el premio el señor Embajador de España D. José Ramón Barañano”. Para que veáis que no exagero donde estaba os dejo una foto del momento de la entrega del trofeo.


Así que cuando termina la ceremonia, por si acaso no he tenido suficiente me voy a saludar al Embajador y le digo si no le importa que luego le haga una foto a él solo con el trofeo. Y me dice que mejor ahora, que luego tienen mucho lío. Así que el embajador se levantó de la mesa, se cogió otra vez el pedazo de trofeo y se puso en medio del escenario para mí solito.

Bueno, misión cumplida, me salgo a ver los fuegos artificiales con Zuzana y Tomas mientras vamos bajando para irnos a casa y poder llamar cuanto antes. Pero claro, si a la ida el puente estaba cerrado, a la vuelta ya ni te cuento, está cerradísimo. Antes de abrirlo tienen que comprobar que es seguro y que no queda ningún cohete sin explotar. Así que como el autobús sale desde el otro lado del puente no podemos coger el autobús y no podemos llegar a la estación de tren. Vaya por Dios.

Paro un camión de la policía para preguntar, pero no captan la indirecta de que tienen que llevarnos a la estación. Le pegunto a otro policía qué se puede hacer y me dice que nada, lo únco es un taxi, pero no hay ningún taxi por ahí.

Así que decidimos que cuando veamos un coche con sólo 2 personas les digo que si nos pueden llevar. Al minuto pasamos al lado de un coche donde un chico está apoyando su cámara en el techo del coche para hacerse una foto con su novia (o su mujer); yo, lo veo clarísimo. Les cuento la historia, les hago una foto con mi cámara y como son de fuera de Kuala Lumpur les pedimos si nos pueden llevar a la estación de tren de Putrajaya. No sabremos nunca si de verdad querían ir a Kuala Lumpur o simplemente eran tan majos (que lo eran) que nos quisieron llevar a Kuala Lumpur, el caso es que nos dejaron prácticamente en la puerta de casa (y no nos dejaron más cerca porque no les dejamos). Estos son los chicos tan majos.


Ya en casa llamé a El País pero al final no estaban interesados, por lo menos me llamaron rápido para decirme que no les interesaba. Mi segundo intento fue el ABC. Ahí me dijeron que sí, que les interesaba para la edición de la Comunidad Valenciana. Así que volví a redactar el texto porque lo querían en estilo indirecto en vez de una entrevista y me pidieron tres fotos. Les envié dos de los fuegos artificiales, la de la entrevista y la de la entrega de trofeos.

Así que sí, me han publicado algo en un periódico.

Lógicamente no he visto la edición impresa (el ABC de la Comunidad Valenciana todavía no llega a Kuala Lumpur), pero sé que sí lo han publicado porque el que era mi jefe de unidad en Barcelona es de Valencia y me ha comprado un par de ejemplares. Lo que sí he visto es que también lo han publicado en la página web. Esto es de lo más gracioso… han publicado mi texto, ¡pero no mis fotos! (click)

Yo no entiendo nada, o sea, que me vengo a Malasia a probar como fotógrafo, y termino publicando un artículo en el ABC… que me lo expliquen.

Pasados los días... Cae en mis manos la edición impresa de el ABC, con el artículo y la foto. Misión cumplida.

viernes, 22 de agosto de 2008

Arrancando motores...


Hoy por fin he salido con mi cámara sin otra preocupación que hacer fotos por ahí. De verdad que no os imagináis las ganas que tenía. Hasta ahora había hecho fotos, pero siempre era porque me pillaba de paso porque íbamos todos a dar una vuelta, o porque iba a comprar cualquier cosa o a buscar información. Pero hoy no, hoy he cogido todas mis cosas y me he ido a ver mundo. De todas formas no nos precipitemos, vamos por orden.


Os dejé en el fin de semana pasado. El sábado Zuzana y yo fuimos a dar una vuelta por una zona del dentro que se llama Little India. Es una zona donde hay muchas tiendas, puestos de comida y una mezquita llamada Masjid India (masjid significa mezquita), que es la mezquita de los musulmanes hindús. El sábado es un buen día para visitar Little India porque es cuando ponen el mercadillo por las calles. Lo que más nos llamó la atención es la cantidad tan enorme que había de puestos de comida en los que vendías cosas que no teníamos ni idea de lo que eran. Tengo que volver otro día con alguien de aquí para irme apuntando lo que es cada cosa porque si no, imposible.

Antes de seguir contando nada os voy a hablar de Zaid. Zaid es el chófer que tiene contratado aquí la empresa de Zuzana. Es un buen tío, para que os hagáis una idea, el otro día por la tarde estaba por aquí en el piso-oficina y como no tenía otra cosa que hacer nos hizo una ensalada, y lo mejor es que estaba buenísima.

El fin de semana pasado se celebraba la doble boda de dos primos de Zaid (no entre ellos, se entiende), y el domingo Zaid nos llevó a todos como invitados. Era una boda malaya y según nos contó, las bodas malayas se celebran durante tres días. Nosotros sólo fuimos al tercer día, así que espero poder ir con Dan a ver los tres días. La gente encantadora y dándonos las gracias por ir, las tradiciones muy interesantes, la comida muy buena... todo genial. Hice pocas fotos porque no sabía lo que iba a pasar, de donde venía la gente y tampoco quería ponerme muy en medio, además no me quise llevar el flash por no ir cargando de todo… vamos, excusas para no decir que no tengo nada espectacular, ups...


Durante la semana tampoco he hecho nada especial. Para variar, mucha búsqueda de tiendas y bucear en Internet para encontrar información. Eso sí, la búsqueda ha dado frutos. Al menos he encontrado dos objetivos de segunda mano que me interesaban y una funda nueva para la cámara, que con la que tenía iba la pobre un poco apretada. Así que al fin he conseguido completar el equipo fotográfico. Para los que seáis más frikis, os lo cuento un poco más en detallé aquí.


Y al final ayer por la noche decidí que ya estaba bien y que quería salir a hacer fotos, que para eso he venido.

Así que esta mañana me he ido a Little India a terminar el paseo que empezamos la semana pasada… y así es como me he enterado de que el mercadillo no lo ponen los viernes y sí lo ponen los sábados.

Lo que yo no sabía, y que no creo que se me vuelva a olvidar en la vida, es que en el Islam, la oración de los viernes a mediodía (llamada Jumu’ah) es obligatoria para todos los hombres. Hoy he tenido la suerte de pasar por la mezquita hindú algo después de la una de la tarde. Ya cuando he pasado por allí he visto que había gente preparada para rezar. Pero es que poco a poco se ha ido llenando de gente hasta que al final había, literalmente, varios cientos de personas allí rezando a la vez, y todos ellos mirando hacia La Meca, por supuesto. Os aseguro que ha sido increíble.


Una vez terminada la oración (y después de preguntar a alguien que me explicara bien lo que acababa de ocurrir allí) seguí andando, haciendo fotos, de vez en cuando hablaba con alguien. Hasta que llegué a un templo chino llamado Sze Ya.


Allí conocí a dos jóvenes chinos: Yin Bin y Migguell (a mí me da que este nombre va a ser como el de Dan, pero bueno). Les pregunté si no les importaba que les hiciera fotos mientras hacían sus rituales y les pedí que me explicaran qué era lo que hacían. Me dijeron que la gente iba allí a "consultar" por diferentes razones. En su caso iba por los estudios. No os lo voy a contar aquí en qué consiste cada cosa, el caso es que les acompañé mientras hacían las diferentes ceremonias.



Mi idea era seguir paseando hacia Chinatown, pero poco después se puso a llover y tuve que dejarlo. De todas formas tenía que hacer algo muy importante, tenía que ir a recoger a la imprenta mis tarjetas de visita (mucho más baratas que en España, pero con diferencia). Así que sí, ya tengo una tarjeta de visita que ir repartiendo por ahí. No sé que color os saldrá en la pantalla pero yo he puesto el patrón que elegimos en la imprenta (de la gama Pantone). Para los que habíais visto las pruebas, he tenido que cambiar un poco el color porque con la técnica de impresión (offset) no se podía conseguir ese color, ahora son algo más naranjas. Así:


Así que este es un pequeño resumen de lo que ha pasado estos días, podría enrollarme como las persianas, ya me conocéis, pero si no cuando vuelva no voy a tener cosas para contaros.

Esto ya empieza a tener otro color...

El rincón técnico

Vaya, había dejado un mensaje de:

"En construcción...
Dadme un respiro, que es un poco tarde..."

Pero ante el entrañable mensaje de ánimo de Jesús voy a dejar esto un poco más decente. Así que... ¡Jesús, va por ti compañero!

Lo primero que tenía que hacer era decidir la cámara que me iba a comprar. Tenía claro que iba a comprar Nikon porque, en el caso de no encontrar objetivos de segunda mano a buen precio, si el presupuesto sólo me daba para uno alguno nuevo siempre podría seguir usando los que ya tenía; de hecho voy a seguir usando uno de ellos hasta que gane suficiente para poder darme otro capricho. Y además, que coño, me gusta Nikon, llevo toda la vida con Nikon y me ha ido bien, así que aquí me quedo.

Sabiendo que iba a comprar Nikon tenía una gran duda: ¿La D300 o la D3?. La D3 me tentaba enormemente, claro, la posibilidad de tirar fotos a 1600 ISO sin apenas preocupaciones es una gozada, pero es demasiado cara (incluso en Malasia). Así que al final me decidí por la D300 que aunque no tuviera un sensor de formato completo como la D3, en las críticas la ponían bastante bien.

Pero debe ser que los señores de Nikon me oyeron de alguna manera y el 1 de julio anunciaron el lanzamiento de la D700, la cámara que se ajustaba a mis necesidades. Básicamente la D700 se puede resumir en: el sensor de la D3 en un cuerpo como el de la D300 y con un precio entre medias de las dos. Para mí es perfecta, más ligera, más pequeña (llama menos la atención), sensor FX... además tiene el sistema de limpieza de sensor que no lleva la D3 (la D300 sí que lo tiene). Vale, no hace 9 fps como la D3 pero para mis necesidades 5 fps es más que suficiente.

Comprándola en Malasia me ha salido casi 1000€ más barata (sí, mil euritos) que en España, es decir, más o menos al precio de la D300 en España. A cambio no tienes garantía internacional, pero espero que si me va bien aquí durante los 3 ó 4 meses que esté, luego no me dé ningún problema (todos a tocar madera ahora mismo.... graciaaas...). Así que me puse a buscar tiendas en Kuala Lumpur y a intentar averiguar la fecha de puesta a la venta en tiendas, a ver si no me iba a dar tiempo. Cuando se puso a la venta en Malasia a finales de julio me dió un alegrón, y tengo que darle las gracias a Zuzana que llamó veinte veces a Jason, un vendedor de Kuala Lumpur con bastante buena reputación en los foros malayos de fotografía, para que me la reservara para el día 13 (más adelante Jason nos contó que luego le llegaron otras 5, pero que hay tanta demanda que las vendió en un solo día).

Así que esta es la cámara que me va a acompañar, la Nikon D700.


Ahora venía la locura de los objetivos. Lo mires por donde lo mires y preguntes a quien preguntes vas a llegar a la misma conclusión: usar un buen cuerpo con unos malos objetivos no tiene mucho sentido. Además todo el mundo te dirá que merece más la pena invertir en objetivos que en el cuerpo. De aquí podríamos sacar una larga charla sobre el porqué decidí gastarme el dinero en la D700 en vez de una D300 junto con el tema "cuerpos y objetivos de la serie DX" vs "cuerpos y objetivos para formato FX". Pero la vamos a dejar para cuando nos veamos.

El caso es que quería comprarme algunos objetivos de calidad, pero como son bastante caros tenía que reducir lo más posible y mirar bien el mercado de segunda mano.

Por un lado decidí que me quedaba con el 28-80 G de toda la vida de Nikon después de leer en la página de Ken Rockwell su crítica del objetivo (en inglés) y ver que estaba en su lista de los mejores 10 objetivos de Nikon. Así que tenía que buscar algo para el gran angular y para el tele. Dependiendo de lo que encontrara en el mercado de segunda mano y del dinero que me quedara después de comprar el primero de ellos, mis opciones eran estas:

Nikon 17-35mm f/2.8D ED-IF AF-S
Nikon 14-24mm f/2.8G ED AF-S
Sigma 12-24mm f/4.5-5.6 EX DG

Nikon 70-300mm f/4.5-5.6G AF-S VR
Nikon 80-400mm f/4.5-5.6D ED VR AF
Sigma 80-400mm f/4.5-5.6 EX DG OS APO

Sé que hay muchas diferencias entre unos y otros, pero si no encontraba nada de segunda mano y tuviera que comprarme los dos nuevos, sólo podría comprarme uno de primera clase de uno de los grupos y otro de los de segunda clase del otro grupo, y dependiendo de lo que tuvieran las tiendas y las ofertas que me hicieran. Después de dar muchas vueltas y buscar por Internet al final en una tienda encontré encontré esto:

Nikon 17-35mm f/2.8G ED-IF AF-S


Nikon 80-400mm f/4.5-5.6D ED VR AF

Genial ¿no?, dos objetivos de segunda mano que de los que estaba buscando. Además como era en la misma tienda pude regatear algo mejor el precio y los saqué los dos por 7000 ringgits, que la cambio me han salido como por 1490€ los dos. Creo que no me puedo quejar.

Llegados a este punto (incluso antes de comprar los objetivos) parecía que estaba claro que me iba a tener que comprar una funda nueva, porque aunque la nueva cámara cabía en la que tenía, iba un poco apretada y no me apetecía; además con el 17-35 la cremallera ya cerraba mal y con el 80-400 olvídate.

Lowepro me gusta, pero los "amigos de lo ajeno" lo conocen demasiado, y como Tamrac lo conocen menos y la que tenía hasta ahora me gustaba bastante pues he seguido con la marca. Me he comprado la Tamrac pro digital zoom 7, una funda para el 80-400 y un cinturón (los dos también de Tamrac) para llevarlo todo cuando me vaya a andar por fuera de las ciudades, que las mochilas me parecen muy lentas para sacar la cámara y con lo que pesa todo esto no es como para llevarlo en un solo hombro.


Total: una pasta, amigos, me voy a la cama que no quiero ni pensarlo...

viernes, 15 de agosto de 2008

Welcome to Malaysia


Es lo que tiene vivir en un piso 33 en el centro de Kuala Lumpur, que te asomas a la ventana y ves esto. Más exactamente esto se ve desde la ventana de uno de los dormitorios, el que tendremos Zuzana y yo cuando cambiemos.

Pues ya estamos aquí, ¿no?, o eso parece. Y además también parece que tenemos una cámara nueva. Sí, Javi se ha pasado al digital, por fin. Los que me conocéis ya sabéis que no es que no quisiera, sino que no encontraba la cámara adecuada. Según han pasado las cosas casi ha sido por necesidad, pero os aseguro que si hoy vengo aquí de vacaciones me la hubiera comprado igualmente. Lo que seguramente no hubiera hecho es gastarme el dinero que me voy a dejar en objetivos. Como todavía no me los he comprado, lo de los objetivos lo vamos a dejar para el próximo día.

La verdad es que turismo, lo que se dice turismo, he hecho poco. Al final el primer día sí que conseguí la cámara y algo de información de la oficina de turismo (menos de lo que me hubiera gustado, pero me lo esperaba). Aunque, al contrario de lo os dije, lo que me resultó más complicado fue comprar la cámara porque el local de cambio de moneda del centro comercial estaba cerrado. Así que me tuve que ir al centro y volver a la tienda después de la visita a la oficina de turismo. El jueves estuve investigando algo más sobre los Parques Naturales y buscando los objetivos, y hoy más de lo mismo, más vistas a oficinas y a tiendas.

Pero no todo ha sido esto. El miércoles conocí a Dan, según me ha dicho Zuzana se ponen nombres falsos para no tener que decirte "me llamo Chung Wao Lan" y empezar así una conversación ridícula de "¿Cómo...? ¿Chun qué...?" y estar así durante dos minutos. Dan es un chaval muy majete con el que terminé comiendo y que me contó que los jueves y sábados por la noche hay un mercadillo local que cree que nos gustaría, así que mañana por la noche iremos a verlo. También me dijo que su hermano (¿o era su hermana?... da igual) se casa en octubre y que seguro que estarán encantados de que vaya y pueda hacer fotos. En Malasia, además de los pueblos indígenas, hay tres etnias mayoritarias: la malaya, la china y la hindú. Cada una de ellas celebra las bodas de una manera distinta, me gustaría poder asistir a una de cada tradición y poder ver como son. Por ahora parece que voy a ir a una malaya, a ver cómo hago para ir a alguna de las otras.

Otra cosa que vi el otro día, cuando por desgracia todavía no podía hacer fotos, es que había bastante gente haciendo fuego y poniendo comida alrededor, yo pensaba que eran vendedores pero hoy he sabido que no. Según la tradición budista, el día 14 ó el 15 del séptimo mes lunar del calendario chino, los chinos ofrecen comida y queman papel moneda (hoy en día, lo del papel moneda a veces es figurado) para ahuyentar los malos espíritus. Si queréis informaros podéis leer algo más aquí (es en inglés, he buscado en español pero esta es la mejor explicación que he encontrado).

Esta noche hemos ido a dar una vuelta y a la salida de casa había unos chinos quemando papel, entonces ya sabía lo que estaban haciendo.


La cena de hoy ha sido en un sitio más bien occidental, aunque yo me he resistido a la tentación de las pizzas y las hamburguesas y he pedido un pollo a la nosequé, a los cinco minutos tenía la sensación de que daba igual que se enfriara porque yo iba a tener la boca igual de ardiendo. Aquí sobre todo se comen noodles (que no son solo los fideos largos y estrechitos, los hay de varias clases), y arroz cocinados de tres mil maneras, no siempre picante, que conste. Ya me conocéis, tengo muchas ganas de probarlo todo, pero llevo un par de días un poco delicado de la tripa (casi nada, yo creo que es más de los aires acondicionados que de la comida) así que me estoy reservando, que tengo tiempo.

Y así van pasando los días por ahora, para entrar en calor no está mal (que por cierto, lo del calor... pues calor hace, pero me parece que no es para tanto), pero la verdad es que ya tengo ganas de despreocuparme de los papeleos y preparativos y empezar con la aventura de verdad.

Bueno, a ver cómo se nos da el fin de semana.

sábado, 9 de agosto de 2008

Primera parada: Londres


De alguna manera es mucho más fácil empezar así, es menos dramático, coges un avión a un país que ya conoces y vas a casa de tus amigos. Además como ya has estado antes en la ciudad un par de veces no tienes esa necesidad de hacer turismo y dar muchos paseos por la ciudad. En otro momento lo haría, pero ahora todavía tengo un par de asuntos que solucionar, como el blog y la web, y así puedo disfrutar de la compañía de Fernando y Pamela, porque desde que Fernando se vino a Londres hace... ¿ya 5 años? casi no nos hemos visto.

Así que aquí estoy invadiendo su salón y disfrutando de unos días de descanso antes de llegar a Malasia. Porque veréis, el martes a las 12:00 del mediodía (de Londres) cojo un avión para volar muy alto hasta Kuala Lumpur. Allí aterrizo a las 7:25 de la mañana hora local, lo que significa las 0:25 hora de Londres... tengo que levantarme cuando se supone que me tengo que ir a la cama. Después del tren a Kuala Lumpur y de llegar a casa de Zuzana, tendré que ir a por la cámara que tengo reservada en una tienda y a la oficina de turismo para hacerme un plan de viaje que necesito para solicitar el permiso de fotografía.

Me gustaría ser positivo, pero me parece que estas dos cosas tan sencillas a primera vista me van a llevar un buen rato, sobre todo las gestiones en la oficina de turismo. Si consigo que cuando llegue a casa por la tarde haya solucionado las gestiones en turismo y tener la cámara en mis manos... de verdad que me daré por más que satisfecho.

Una vez consiga estas dos cosas mis nuevas tareas serán imprimir mis tarjetas de visita, comprar uno o dos objetivos, tarjetas de memoria, un disco duro externo, probablemente un monitor (aunque esto puedo retrasarlo), unas buenas zapatillas para andar por la montaña, algo de ropa que necesitaré para cuando vaya a la selva, un buen repelente de mosquitos... y el resto de cosas que se vayan surgiendo.

Creo que para entonces tendré las ideas algo más claras y os podré ir poniendo al día, pero por ahora disfrutemos de estos días en Londres antes de la aventura. ¿No os parece?.