Y ya que estás aquí... ¿A dónde quires ir?

¿A Malasia o a Uganda?

¿O a lo mejor quieres saber por qué estamos en Uganda?




martes, 10 de mayo de 2011

Budongo Forest y Parque Nacional de Murchison Falls


Después de estar en Kampala durante todo este tiempo, por fin hemos tenido la oportunidad de salir de la ciudad durante un par de días, nos hemos ido a Budongo Forest (bosque de Budongo) y al Parque Nacional de Murchison Falls (también llamado Parque Nacional de Kabarega, aunque es un nombre muy poco utilizado). Tenía un acuerdo con Great Lakes Safaris, una agencia de viajes ugandesa que tiene un lodge (un lodge es una especie de hotel rural, los hay de muchas clases, de más o menos lujo) en Budongo Forest, para trabajar para ellos haciendo fotos del lodge durante el viaje que haría al parque nacional de Murchison Falls para hacer fotos para mi proyecto. Afortunadamente Zuzana pudo venir conmigo y disfrutar también del viaje.

Programamos el viaje para salir de Kampala a las 11 de la mañana, así que nos dijeron que estuviéramos en la agencia sobre las 10 y media. Amos, el dueño de la agencia, tenía que ir ese mismo día a Gulu, una ciudad en el norte de Uganda, así que íbamos a viajar con él la primera parte del viaje hasta un cruce en el que nos separaríamos, allí estaría esperando un coche que nos llevaría hasta el lodge. Todo perfectamente planeado.

Llegamos a la oficina de la agencia a las 10:30 y... bueno, una cosa que tenéis que tener en cuenta es que los horarios en África son orientativos, así que a las 12:30 estábamos saliendo de las oficinas con rumbo a Budongo Forest. Y eso que tengo que decir que Amos es bastante puntual, normalmente salimos a correr juntos y siempre llega exactamente a la hora a la que quedamos.

Un par de horas más tarde llegamos al cruce donde íbamos a cambiar de coche, pero había habido un problema y el conductor no pudo ir a recogernos, así que decidimos que en lugar de esperarle cogeríamos un taxi hasta Masindi, la ciudad más cercana que está de camino al parque, donde el conductor nos estaría esperando. Amos lo arregló todo con el taxista y reservó el asiento trasero completo para nosotros y nuestras mochilas. Nos despedimos de Amos al marcharse y al poco tiempo salimos nosotros, nos sentamos en el asiento trasero mientras en los dos asientos delanteros se metieron el conductor, dos mujeres y un niño pequeño. Es la primera vez que veo dos personas sentadas en el asiento del conductor.

20 Kilómetros más tarde llegamos a Masindi, donde esta vez sí, el conductor estaba esperándonos. Cambiamos de coche y en menos de media hora llegamos al lodge. El sitio está bastante bien, tiene un edificio principal con las áreas comunes y varias cabañas entre los árboles que te hacen sentirte como si estuvieras en medio del bosque.


Pero es que es verdad que estás en medio del bosque, puedes escuchar todos los sonidos a tu alrededor: monos, pájaros, insectos... Especialmente por la noche, cuando todo está tranquilo pero a la vez puedes sentir que el bosque nunca duerme. Os podéis hacer una idea de cómo de metido dentro del bosque estás pinchando en este enlace de Google Maps.

Esas pequeñas manchas verde más claro que se ven son los tejados de las cabañas del lodge, y a la izquierda está el camino que atraviesa el Bosque de Budongo. Si por algo se llama Budongo Eco Lodge.

Budongo Forest es el mayor bosque de caoba que queda en África del Este, tiene alrededor de 800 Kilómetros cuadrados y con su enorme biodiversidad, entre la que se encuentran varias especies en peligro de extinción, es uno de los mejores sitios de Uganda para la observación de aves. Pero sobre todo, Budongo Forest es famoso por ser el hogar de más de 600 chimpancés, por ello desde 2006 el Instituto Jane Goodall para el estudio y la conservación de los chimpancés lleva a cabo un proyecto de ecoturismo en Budongo, y Budongo Eco Lodge es parte de él.

Los chimpancés viven en grupos, y algunos de estos grupos han sido habituados a la presencia humana. Pero... ¿Qué es un animal habituado? Los animales habituados son animales salvajes, viven y se comportan como cualquier otro animal salvaje. La diferencia es que si vas por la selva y te encuentras con un animal no habituado, es muy probable que el animal se vaya, pero los animales habituados están acostumbrados a ver personas alrededor y no los identifican como una amenaza, de manera que lo normal es que al verte sigan con su vida normal. Uno de estos grupos habituados vive en el área de Budongo Forest y ha sido estudiado durante años de manera que podamos aprender más de cómo viven los chimpancés. Este grupo es el que es visitado por los turistas, acompañados por un guía, en grupos de 8 personas como máximo y con un tiempo máximo de contacto con los chimpancés limitado a una hora. Al mismo tiempo, el guía observa su comportamiento y sus actividades, que luego quedan anotados en un diario.

En nuestro programa la actividad para la primera mañana es lo que se llama "chimpanzee tracking", algo así como la localización de chimpancés. Antes de salir, el guía nos explica cómo funcionan las cosas en el bosque, como comportarse, como buscar chimpancés siguiendo diferentes pistas y huellas, como actuar cuando se les encuentra, y también que es probable que los encontremos pero que, como es lógico, no está garantizado, el bosque no es un zoo.

Un grupo de chimpancés domina un territorio de entre 10 y 30 Kilómetros cuadrados, afortunadamente el territorio del grupo que vive alrededor del lodge es de los pequeños. Una de las ventajas de Budongo Eco Lodge es que, al estar inmerso en el bosque, es posible salir andando desde el mismo lodge, y de hecho es lo más normal, pero ese día algunos guías habían visto algunos chimpancés a 4 Kilómetros del lodge, así que a las 7:30 de la mañana nos subimos a un coche atravesando parte del bosque por el camino que lo cruza para empezar desde otro punto más cercano. Una vez allí nos adentramos en el bosque y comenzamos la búsqueda de los chimpancés.


La verdad es que es bastante fácil ver chimpancés en Budongo Forest pero, como os he contado antes, incluso si los chimpancés están habituados, siguen siendo salvajes, y los animales salvajes no se reservan por teléfono. Pasamos 5 horas caminando por el bosque, pero apenas vimos ninguna huella del paso de chimpancés. Justo cuando nos volvíamos al lodge oímos llamadas de chimpancés con claridad, así que decidimos encaminarnos en dirección a las llamadas. Imagino que debimos estar cerca, porque pudimos incluso olerles, pero no vimos nada. El guía nos contó que probablemente sería otro grupo no habituado. El límite del territorio del grupo habituado está cerca del lodge, y a veces ocurre que cuando un grupo de chimpancés se adentra en su territorio alejándose de sus límites, otro grupo vecino entra en su territorio para comerse los frutos de los árboles cercanos. Así que si el grupo que oímos era el grupo "rebelde" y nos vieron acercándonos, probablemente volverían a su territorio original.

Afortunadamente hay muchas más cosas para ver en el bosque que chimpancés. Para empezar el bosque en sí mismo, además del encanto de andar entre las caobas, el bosque es bastante llano, e incluso cuando las temperaturas suben durante el día el tiempo no es muy caluroso, por lo que hacer senderismo en Budongo Forest es bastante fácil y agradable. Además se pueden disfrutar muchos otros tipos de animales, como grandes caracoles que se suben por las plantas:


O aves como el Cálao Carigrís


O los babuinos (también llamados papión Anubis o papión oliva), que puedes encontrar en el bosque o sentados tranquilamente en la carretera.


También vimos otro mono llamado colobo blanco y negro. Es una pena que no tenga una foto más clara para enseñaros, pero a veces los chimpancés cazan a los colobos, y son unos monos muy rápidos y nerviosos. Además tengo la sensación de que no les gusta especialmente que les saquen fotos. Cerca del lodge hay un árbol en el que de vez en cuando los puedes ver comiendo, pero en cuanto cogía la cámara se marchaban corriendo. Así que por ahora os tendréis que conformar con esto para haceros una idea. Esperemos que la próxima vez que vaya al bosque pueda enseñaros algo mejor.



Después de toda la mañana andando por el bosque nos volvimos al lodge y después de comer me pasé la tarde haciendo fotos del lodge. No es un sitio de lujo pero es un sitio agradable para pasar un par de días, además está gestionado de una manera sostenible: toda la energía proviene de sus paneles solares (incluso para los calentadores de agua), el agua es obtenida a partir del agua de lluvia, tienen gestión de residuos y los baños son de descomposición orgánica (fertilizando el suelo y ahorrando en el gasto de agua). Además la gestión del lodge se lleva apoyando las comunidades locales, dando formación y empleando a sus habitantes, encargando huertos para la adquisición de frutas y verduras para el lodge, externalizando los servicios de lavandería o vendiendo los productos de artesanía que hacen el los pueblos de la zona. Además de todo esto, incluso las cabañas han sido construidas con madera de pino generado en producción sostenible. La verdad es que tengo que decir que me gustó bastante el sitio y como está gestionado.



Para el día siguiente la idea era ir al Parque Nacional de Murchison Falls, famoso por sus cascadas y la variedad de animales que pueden verse en sus áreas de sabana. La mejor hora para ver animales salvajes el siempre a primera hora de la mañana o al atardecer, cuando tienen una mayor actividad, así que nos levantamos muy pronto para llegar al parque a tiempo para coger el primer ferry que cruza el río a la entrada del parque. Después de 56 Kilómetros, éramos el primer coche esperando la salida del ferry.

Este fue uno de esos momentos que se te quedan en la memoria aquí en Uganda. Llegar a la orilla del Nilo al amanecer mientras ves como unos pocos hipopótamos asoman tímidamente las cabezas fuera del agua. Un momento mágico.


Pero... ¿Has dicho el Nilo? ¿El Nilo pasa por Uganda? Imagino que este es un buen momento para hablar un poco sobre el Nilo. Si seguimos el cauce del Nilo desde el delta en el Mediterráneo, el Nilo recorre Egipto, donde es más conocido. Más arriba entra en Sudán, donde, cerca de su capital Jartum, se divide en dos: el Nilo Azul y el Nilo Blanco. El Nilo Azul nace en el Lago Tana en Etiopía, eso está claro, mientras que el Nilo Blanco tiene todavía un largo camino por delante, un camino que no está tan claro.

El Nilo Blanco sigue su camino hacia el sur por Sudán y continua por Sudán del Sur, primero bajo el nombre de Bahr El Abyad (que en árabe significa Río Blanco) y luego cambiando su nombre a Bahr El Jabal (Río de la Montaña) hasta que entra en Uganda donde cambia de nuevo su nombre por el de Albert Nile, o Nilo Alberto.

Siguiendo el Nilo Alberto llegamos, en los límites del Parque Nacional de Murchison Falls, hasta el Lago Alberto, desde el cual continúa bajo el nombre de Vitoria Nile (Nilo Victoria), que es el río que cruzamos nosotros. El Nilo Victoria finalmente alcanza el gran Lago Victoria en lo que se conoce como el nacimiento del Nilo, cerca de la ciudad de Jinja, en Uganda.

Y aquí es donde empiezan los problemas. ¿Dónde está realmente el nacimiento del Nilo? Pues hay diferentes opiniones, es un poco complicado e incluso hoy en día no está claro. Os cuento. Fue el explorador John Hanning Speke quien descubrió el 1862 el nacimiento del Nilo en la orilla norte del Lago Victoria, y Stanley quien en 1875, después de encontrarse con el Dr. Livingstone (supongo), confirmó el descubrimiento de Speke, estableciendo definitivamente el nacimiento del Nilo en el Lago Victoria. Pero claro, el agua del Lago Victoria tiene que venir de algún sitio, así que si quieres encontrar el manantial más remoto que suple de agua al Nilo hay que seguir alguno de los múltiples ríos que desembocan en el Lago Victoria.

Parece que está claro que cauce más largo discurre a través del río Kagera entre Tanzania y Ruanda, pero más adelante el río Kagera se divide en dos: Uno de ellos es el río Rurubu, y el nacimiento de uno de sus afluentes, el Ruvyironza, en Burundi, es considerado habitualmente como la fuente más remota del Nilo. El otro río que alimenta al Kagera es el Nyabarongo, que fluye por Ruanda continuando como el Río Mwogo y más arriba como el Río Rukarara. En 2006 una expedición afirmó haber alcanzado el nacimiento del Rukarara en Ruanda como el nacimiento más remoto del Nilo desde su desembocadura.

En mi opinión, en algún momento tendrán que hacer otra expedición para encontrar el nacimiento del río Ruvyironza, si no, no creo que puedan asegurar nada con rotundidad.

Así que como parece que no está tan claro, mientras se ponen de acuerdo, para mí el nacimiento del Nilo está en el Lago Victoria, donde lo situaron los grandes exploradores del siglo XIX, mientras que el manantial más alejado de su desembocadura está en algún sitio ente Ruanda y Burundi.

Volviendo a nuestro viaje, a las 7:00 cruzamos el Nilo Victoria, al otro lado un guía del parque se unió a nosotros y comenzamos el safari por el parque.

Pasamos la mañana entera por los caminos del parque viendo todo tipo de animales y haciéndoles fotos mientras le pedía a Bylon, el director del lodge, que era quien nos llevaba, que parase cuando lo necesitaba o que volviera para atrás si había algo interesante. A mediodía llegamos al Lago Alberto, donde paramos a comer mientras disfrutábamos con la vista de los hipopótamos en el agua. Pero yo creo que en vez de explicároslo, es mejor si lo veis por vosotros mismos.





En Murchison Falls también hay leones y leopardos, pero no se ven muy a menudo, son más fáciles de ver en otros parques de Uganda, como en Parque Nacional de Kidepo, en el nordeste del país. El hecho es que es más fácil ver leones en Kenia, pero probablemente te sentirás como en un zoo, rodeado de coches, sin embargo aquí en Uganda está mucho menos masificado y la mayoría del tiempo que estuvimos en Murchison Falls nuestro coche era el único que veíamos.

Después de comer volvimos al embarcadero donde nos había dejado el ferry por la mañana, Bylon cruzó el Nilo con el coche y nosotros cogimos un barco para ir río arriba en busca de las cascadas que dan nombre a Murchison Falls.

Durante el camino puedes ver desde el barco más hipopótamos, búfalos, elefantes, cocodrilos, diferentes tipos de pájaros...





Finalmente el barco llega a unas rocas que sirven de mirador para que todo el mundo pueda ver y hacer fotos de las cascadas. Desde allí el barco te lleva de vuelta por el río hasta el embarcadero. Pero hay otra opción, en vez de volver con el barco puedes hacer una pequeña ruta hasta la parte alta de las cascadas.

Así que el bote nos dejó al principio del camino y empezamos a andar. Si alguna vez venís hasta aquí os recomiendo que hagáis esta ruta, es cortita y aunque al final hay unas pocas escaleras, no es nada difícil. Nosotros nos lo tomamos con calma, parando para hacer fotos y disfrutando del paisaje.


Ya había visto las cascadas en muchas fotos antes de venir y siempre me había parecido que no eran nada especial, y a lo mejor vosotros vais a pensar lo mismo cuando las veáis en estas fotos. Pero es que no se trata de las típicas cascadas que se extienden todo a lo ancho de un río. Ahora sé que realmente tienes que venir hasta aquí para apreciarlas en su grandeza.


A lo mejor os podéis hacer una idea si pensáis así. Mirad el Nilo Victoria.


Es un río grande, ancho… Bueno, pues imaginad que toda esa agua tiene que pasar por una grieta que se abre entre las rocas, de entre solo 7 y 10 metros de ancho. Según se va acercando a las cascadas el río se estrecha y empieza a saltar entre los rápidos mientras ruge, toda la masa de agua se va comprimiendo, revolviéndose, hasta que choca violentamente contra las rocas y descarga toda su fuerza durante su paso por la cascada. Ahí es cuando te das cuenta de lo poderoso que es el río Nilo.


Pasamos un buen rato más por allí, haciendo fotos y disfrutando del río.


También se puede llegar hasta la parte alta de las cascadas en coche, hay un aparcamiento a pocos metros de allí. Como os podéis imaginar estuve haciendo fotos mientras quedaba algo de luz, así que para cuando llegamos al aparcamiento solo quedaba Bylon esperándonos. Después de pagar las tasas de la ruta y charlar un rato con el personal del parque, nos montamos en el coche y salimos con dirección al lodge.

Estaba ya anocheciendo y podíamos ver delante de nosotros la ducha, la cena e imaginarnos descansando después del largo día. Pero la última aventura del día estaba por llegar.

Al poco de salir del aparcamiento la carretera se vuelve cuesta arriba en una zona llena de gravilla. A mitad de la cuesta nuestro coche se negó a seguir subiendo y tras varios intentos patinando en la grava terminó resbalando a la cuneta, donde fue cayendo poco a poco hasta quedar completamente encajado. Afortunadamente estábamos al lado del aparcamiento y Bylon pudo ir en un momento a pedir que nos echaran una mano. Después de una hora empujando y tirando del coche entre todos y sacando tierra de debajo con una pala conseguimos sacar el coche de la cuneta y seguir nuestro camino hasta el lodge.

Mi plan para el día siguiente era ir de nuevo a ver chimpancés, pero el día completo. Hay dos tipos de actividades para ir a ver chimpancés en Budongo Forest. Una el “chimpanzee tracking”, la que habíamos hecho hacía dos días, es una actividad que se hace o por la mañana o por la tarde y, como os he contado antes, está limitada a grupos de 8 personas como máximo acompañados por un guía y la estancia con los chimpancés está limitada a una hora. La otra opción se llama “habituation”, consiste en pasar un día entero con los chimpancés pero es una actividad para una o dos personas acompañados por un guía. Esa era mi actividad del día.

Como Zuzana no había visto ningún chimpancé el primer día, acordamos que podría venir con nosotros con otro guía durante la mañana a modo de “chimpanzee tracking” y que luego se volvería al lodge a la hora de comer.

Alrededor de las 8 de la mañana salíamos del lodge y nos adentrábamos en el bosque. Esa mañana la humedad creaba una fina niebla que, junto con la luz de la mañana, daba al bosque una apariencia mágica, de bosque encantado.


Después de caminar un rato el guía se volvió hacia mí y me susurró: "allí, un chimpancé, en el camino". De nuevo otro de esos momentos que se te quedan en la retina. Era todavía temprano por la mañana y no había mucha luz, a unos 20 metros de mí había un área del bosque rodeada de vegetación, en penumbra, me fijé cuidadosamente y entre la humedad y las sombras pude adivinar una figura sentada en el camino y moviéndose sutilmente. No tenía una idea previa en la cabeza de lo que iba a encontrarme, y sé que los chimpancés no son monos pequeños, pero de alguna manera me pareció más grande de lo que me esperaba. Tras unos segundos se levantó y, lenta y sigilosamente, empezó a alejarse de nosotros hasta que desapareció entre las sombras del bosque.

Continuamos caminando y poco a poco fuimos encontrando más chimpancés, siguiendo a los que veíamos en el suelo o las llamadas que podíamos oír desde el bosque. A esas horas del día la mayoría de ellos están en los árboles alimentándose de sus frutos.




Según iba pasando el día Zuzana se volvió al lodge y mi guía y yo continuamos observando más chimpancés e intentando conseguir vistas claras de ellos para que yo pudiera hacer fotos.

Después del mediodía, cuando el día se hace más caluroso, muchos chimpancés bajan de los árboles para descansar o para interaccionar con otros chimpancés del grupo. A lo mejor tuve suerte y ese día fue especial, pero de verdad que me llevé la sensación de que merece mucho la pena pasar el día entero con los chimpancés antes que hacer el chimpanzee tracking. Durante el tiempo que pasé en el bosque con ellos pude observar cómo viven los chimpancés, mientras que si vas sólo por la mañana o por la tarde la mayoría del tiempo verás cómo comen. Pude ver cómo son las relaciones entre los diferentes miembros del grupo, cómo el macho principal mantiene el orden en dentro del grupo… Fue muy interesante.


Por la tarde, cuando el sol empezó a bajar y el las temperaturas iban descendiendo, los chimpancés volvieron a subirse a los árboles en busca de más comida. Al rato, llegó el grupo de la tarde que hacía el chimpanzee tracking y estuvieron viéndoles comer mientras nosotros seguíamos buscando vistas despejadas para que yo hiciera más fotos.

Alrededor de las 4 de la tarde, después de pasar más de 7 horas con los chimpancés, la luz estaba empezando ser un poco escasa entre los árboles y el guía y yo decidimos volver al lodge. Ese día me lo pasé realmente bien.

Después de pasar todo el día en el bosque con la cámara en las manos (casi dos Kilos y medio) apuntando a los árboles estaba bastante cansado, feliz, pero cansado. Era el momento perfecto para una ducha, relajarse un rato, cenar e irnos a dormir dando un corto paseo por la noche hasta la cabaña disfrutando de unas pocas luciérnagas volando alrededor en el bosque.

Es hora de volver a Kampala, de dejar de ser el fotógrafo para volver a ser de nuevo el director del proyecto. Nos levantamos a una hora decente, desayunamos y nos llevaron a Masindi, desde donde cogimos un matatu dirección a Kampala.

Tendré que volver (afortunadamente), un día para hacer fotos a animales salvajes puede ser suficiente si tienes mucha, mucha suerte, pero esta vez no ha sido el caso. Si todo va bien y el proyecto va adelante, debería pasar más tiempo en Murchison Falls y fotografiando chimpancés.

Ya estoy deseando volver a la sabana y a la selva.