Y ya que estás aquí... ¿A dónde quires ir?

¿A Malasia o a Uganda?

¿O a lo mejor quieres saber por qué estamos en Uganda?




lunes, 14 de marzo de 2011

Primeras impresiones


El tiempo pasa rápido, parece que hace nada que llegamos y ya ha pasado un mes. Encontramos un sitio para vivir, dejamos que pasaran las elecciones y hemos empezado a buscar nuestro camino en Uganda. Un mes por aquí... ¿Cómo ha sido?

Cuando llegas a Kampala hay ciertas cosas a las que te tienes que acostumbrar: el caos del tráfico, que a ciertas horas puede ser imposible, la contaminación, que es mucho mayor que la que tenemos en Madrid, falta de limpieza en muchos sitios... En general las típicas cosas a las que nos han contado que te encuentras cuando vienes a África. Ah, se me olvidaba, también está el polvo rojo que está por todos los lados, a eso también hay que acostumbrarse.


Pero aquí también hay otras cosas a las que no cuesta tanto acostumbrarse, como por ejemplo el tiempo. Es genial, Kampala está a casi 1200 metros sobre el nivel del mar, y eso hace que el clima sea muy suave, aunque estemos casi a la altura del ecuador; incluso ahora, que la temporada de lluvias no termina de llegar y todo el mundo se queja de que hace mucho calor, debemos estar como a 30º, y por las noches refresca. Digamos que las temperaturas aquí están entre los 25-27 grados durante el día y unos 18 durante la noche, todo el año.

Otra cosa que define verdaderamente a Uganda es lo amable y lo maja que es la gente aquí. Vayas donde vayas y hables con quien hables siempre hay una sonrisa esperándote, especialmente los niños, les puedes oír por todos los sitios diciéndote "Hello muzungu!" mientras te dicen hola con la mano. Y no os digo nada cuando sales de Kampala, donde los niños se vuelven muy curiosos cuando ven un muzungu.


Bien, entonces estamos en Kampala, ¿Qué os puedo enseñar? ¿A dónde os puedo llevar...? Bueno, la verdad es que llegados a este punto lo importante nos a dónde vamos, sino cómo vamos. Os explico.

Las distancias en Kampala son grandes, miras el mapa y parece que todo está a la vuelta de la esquina, y es verdad, solo que la esquina está un poco lejos. Si no tienes un coche entonces tienes básicamente dos opciones para moverte por la ciudad en transporte público: los matatus y los boda-bodas.

Los matatus, a los que aquí en Uganda se les llama taxis, son un medio de transporte muy común en África. Son taxis compartidos, furgonetas con filas de asientos que tienen un destino fijo y que una vez que se llenan salen hacia su destino, parando a lo largo de todo el camino para que la gente vaya subiendo y bajando según lo necesiten. Es como un minibús, y aquí los hay que van a diferentes sitios de la ciudad o que van a otras ciudades. En Kampala la mayoría de los matatus van al centro, llegando y partiendo desde Old Taxi Park o desde New Taxi Park y sus alrededores.

Os voy a enseñar Old Taxi Park. Es una maravilla de la ingeniería del transporte. Imaginad un plaza, una muy grande. Ahora llenadla con cuantos más coches podáis. ¿Ya? Vale, pues ahora llenadla pero de manera que todos los coches puedan entrar y salir ordenadamente por muchos sitios. Complicado ¿no? Bueno, pues eso es Old Taxi Park, el caos organizado.

Bienvenidos a Old Taxi Park:


Para que veáis que no exagero aquí tenéis un par de fotos que lo certifican como la mayor aglomeración de coches posible.



Lo que veis en la segunda foto es aproximadamente medio Old Taxi Park. La verdad es que ayer, cuando hice esta foto, estaba medio vacío, se ve mucho suelo. Si queréis tener otro punto de vista divertido podéis echar un vistazo a este enlace de Google Maps (por cierto, imagino que habéis notado lo de "el polvo rojo que está por todos los lados" ¿no?).

Tengo que admitir que a mí me encanta Old Taxi Park. A veces es difícil hasta cruzarlo andando, pero incluso así encuentras entre todos los taxis gente vendiendo cualquier cosa que os imaginéis, desde agua, refrescos, patatas fritas y helado hasta periódicos, cinturones, cazuelas, pendientes, bastoncillos de algodón o cualquier cosa que necesites.

Los matatus son baratos, pero no siempre son la mejor opción. Unas veces el tráfico está demasiado mal, y otras no necesitas pasar por el centro. También hay lo que nosotros llamamos taxis, pero son mucho más caros y nosotros solo los utilizamos por la noche. Para cualquier otra situación, la opción en un boda-boda, o simplemente boda.

Un boda-boda es un moto-taxi. Empezaron como bici-taxis que llevaban a gente entre las fronteras de Uganda y Kenia, así que se pasaban el día anunciando sus servicios gritando "boda-boda", su pronunciación del inglés "border-border", y al final se han quedado con ese nombre.

Ahora están por todos los lados, y normalmente llevan una moto en vez de una bicicleta. Puedes pararlos por la calle o cogerlos en una de las muchas paradas que hay por toda la ciudad. En los matatu normalmente vas a pagar el precio correcto, pero con los bodas siempre hay que negociar. Al principio es un poco difícil, pero después de unos días terminas aprendiéndote los precios según las distancias y todo se hace mucho más fácil, ofreces el precio que quieres pagar y si uno no acepta ya te llevará otro, que hay muchos.



Por supuesto, los boda-bodas pueden llevar a uno o dos pasajeros.


Aunque una moto no tiene porqué limitarse a un número tan reducido de pasajeros. Una moto es un trasporte familiar perfectamente válido. En España cuando tienes un niño te compras un monovolumen porque si no ya no te cabe la familia entera, aquí cuando tienes tres hijos te compras una moto.


Sí, mirad bien, hay tres niños.

Los boda-bodas son una manera muy útil de moverse por la ciudad, pero admitámoslo, es un poquitín peligroso. Así que hay un par de cosas que hay que tener en cuenta cuando coges un boda. Por ejemplo, no es mala idea llevar casco cuando montas en moto, así que nos hemos comprado unos cascos que nos llevamos siempre que salimos de casa y sabemos que vamos a coger un boda. Otra cosa que también está bien es tener tu boda de confianza, así que cuando coges uno que es bueno, o que te recomienda algún amigo, apuntas su móvil y le llamas cuando lo necesitas. Nosotros también tenemos nuestros bodas habituales, henry y Samuel, conducen con mucho cuidado y siempre nos dan el precio real sin tener que negociar...

Cuando has conseguido hacerte a todas estas cosas, estás listo para vivir en Kampala, la ciudad en la que en vez de haber gorriones, como tenemos en España, hay pterodáctilos volando por las calles.



Se llaman marabús, y la primera vez que ves uno volando por encima de tu cabeza sin saber de donde ha salido eso, de verdad que te parece que hay algo que no cuadra. Es incluso ahora, que estoy acostumbrado a verlos, y cada vez que veo uno posado en una farola tengo la sensación de que la farola se va a tronchar de un momento a otro.



Después de un mes en Kampala, ya tenemos nuestra vida del día a día, disfrutamos de la compañía de nuestros compañeros de piso, hemos hecho varios amigos, salimos de vez en cuando, vamos al cine, o al teatro... Estamos empezando a conocer la ciudad y, poco a poco, vamos saliendo de Kampala.

Seguiremos descubriendo juntos Uganda.